N° 55: Decisión de fe

Un envío gentileza de nuestro amigo  M. De V.

La Justicia de familia de la ciudad de Rosario autorizó a una nena de 10 años cuyo padre se oponía a que tomara clases de catequesis a que lo haga, atendiendo al pedido de su madre, quien quedó a su cargo luego de la ruptura del matrimonio.

La menor estaba a punto de iniciar sus clases preparatorias para tomar la primera comunión y la confirmación en el colegio privado donde cursa, pero sus padres no se ponían de acuerdo sobre la formación religiosa de su hija. Por ese motivo la mamá recurrió a la Justicia, que finalmente le concedió la razón en su pedido.

La pequeña de 10 años declaró en la causa que "el padre no cree que Jesús es el hijo de Dios". Y recordó  que alguna vez le dijo que "en una época a la gente que entraba a la Iglesia y no hacía la señal de la cruz la quemaban viva", en una alusión poco precisa de lo que fue la Santa Inquisición.

La decisión del juez Ricardo Dutto se basa en que la niña tiene ya una formación católica previa. De hecho, en su declaración le hizo saber a los magistrados que  le gusta "rezar las novenas de Santa Rita" con su abuela y su madre.

"Cuando un niño se inició en una religión determinada es razonable que continúe ese camino", consideró el magistrado. "El cambio abrupto debería tener alguna justificación muy clara y poderosa, porque de lo contrario podría estar siendo objeto de manipulaciones indebidas, violentándose su identidad religiosa", sostuvo en la resolución, según consigna el diario local La Capital.

N° 54: Ritual Pagano en Córdoba

Fuente: RIES- Red Iberoamericana del Estudio de las Sectas



“Queremos decirle a la Tierra, nuestra madre, que somos sus hijos, que a la Tierra no se la compra, no se la vende, no se la parcela ni se la privatiza”. Con esas palabras Víctor Acebo, miembro fundador y presidente del Instituto de Culturas Aborígenes (ICA), inició cerca de las 15.30 el 1 de agosto de 2013 el rito ancestral en honor a la Pachamama (la Madre Tierra) en frente de su sede, en el corazón de barrio Alberdi de Córdoba (Argentina), asentamiento originario de la comunidad comechingona del Pueblo de la Toma.

Bajo el cálido sol de la siesta, la segunda cuadra de la calle Enfermera Clermont se colmó bien temprano, hasta que se cerró al tránsito. Se congregaron miembros de pueblos originarios, vecinos, alumnos de jardín de infantes (el San Jerónimo), secundarios (del Rosarito Vera Peñaloza, de Villa Allende; del Garzón Agulla y el Carbó), terciarios y universitarios. 

Había curas, como el padre Horacio Saravia, militante en la defensa de las culturas ancestrales; ex-curas, como Pol Zayat, profesor en Filosofía; religiosas, como dos hermanas de la congregación de las Doroteas, jóvenes, madres de alumnos, representantes de la cultura wichi, sanavirona, comechingona y afroamericanos. Y curiosos.

“La Tierra es de todos, es un bien colectivo, no individual ni de un grupo”, siguió Acebo, frente al pozo donde luego se colocarían las ofrendas de verduras, frutas, otros alimentos, licores y tabaco. “Pertenecemos a la Tierra. Somos hijos de la Tierra”. Acebo es oriundo de la frontera argentino-boliviana, entre La Quiaca y Villazón.

Una enorme wiphala –el estandarte cuadrangular de siete colores utilizado por las etnias de la cordillera de los Andes, símbolo del pueblo aimara y del Estado boliviano desde hace pocos años– cubría buena parte de la fachada del Instituto de Culturas Aborígenes. Otros más pequeños colgaban de los árboles, junto al rojinegro del Pueblo de La Toma y el verde del Instituto de la Presencia Afroamericana en Córdoba.

Sobre una manta, al lado de un brasero, se había cavado el hoyo, el mismo donde, desde hace 20 años, la Pachamama recibe en Córdoba sus dones. Tierra fértil. Un espacio sagrado. “No hay que olvidarse de que somos hijos de la tierra”, remarcó Acebo, secundado por los caciques Ramón Aguilar y Argentina Acevedo. Sonaba música andina mientras en el brasero ardían hierbas aromáticas, deseos y agradecimientos. Es un ritual de purificación para que, se dijo, la gente viva sin miedo, respete los valores y la familia. “Hay que devolverle a la tierra lo que nos da”.

Después llegó una baguala del norte argentino, en la voz de una mujer wichi, acompañada del sonido de la caja. Con su canto, daba la bienvenida al tiempo de siembra en este hemisferio. Honores a “la mamita”, a “la pachita”, explicó una mamá a su hijo pequeño en brazos.

Y se quemaron hojas de coca, presentadas en pares: la madre y el hijo. La Tierra y el hombre. Los dos juntos, sin superioridad, la filosofía de la complementariedad, explicaron. La dualidad. “Solos no somos nada”, repitió el orador durante el milenario ritual, que le hablaba en quechua a la Pachamama, y en español, a los demás.

Cada homenaje a la Madre Tierra es un acto de fe, no es una representación ni una puesta en escena, explicó el presidente del ICA antes de marcar, con un chorro de vino, el lugar sagrado. Y, luego, arrojar ofrendas: manzanas, maní, anchi (postre de sémola de maíz), algarroba, quinoa, yerba… “Hoy la Pachamama explota”, gritó Acebo. “Hay una sobreabundancia de frutos”. 

La calle estalló en aplausos mientras los presentes compartían cigarros. Al final, el brasero quedó limpio, señal de que lo ofrendado fue bien recibido.

N° 53: Quiero recibir a Jesús

Fuente: EWTN Noticias
16/8/2013


Un conmovedor momento vivió la familia Carinbridge  de Wisconsin, Estados Unidos, cuando Louis, uno de sus menores hijos que está gravemente enfermo, lloró porque no podía realizar su sincero deseo de recibir a Jesús en la Eucaristía, siendo consolado por el Cardenal Raymond Burke, Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.

La familia Carinbridge había asistido el pasado domingo 4 de agosto a la Iglesia del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en La Crosse, Wisconsin, para la celebración del sacramento de la Primera Comunión de su hijo mayor y del Bautizo de su hijo menor de casi dos meses de nacido.

El Cardenal al ver llorar a Louis preguntó a los padres el motivo del llanto a lo que estos le explicaron sobre el profundo deseo del niño de recibir el Cuerpo de Cristo y que aún no podía hacerlo.

Louis entristecido y avergonzado que se hiciera público su deseo, se acercó entre lágrimas al Purpurado y se refugió en su casulla, a lo que este le dijo amorosamente “No te preocupes, tu Primera Comunión también llegará pronto".

El pequeño Louis tiene una rara enfermedad genética que sólo algunos cientos de personas en el mundo la padecen, se llama síndrome Cinca (acrónimo de Crónico, Infantil, Neurológico, Cutáneo y Articular).

Este padecimiento que también se le conoce como enfermedad neonatal inflamatoria multisistémica inicial (Nomid por sus siglas en inglés), le causa a Louis disminución de la visión y la audición, y le produce diariamente dolores de cabeza, inflamaciones articulares dolorosas fiebres y vómitos que para ser controlados el pequeño debe recibir inyecciones.

Los padres del pequeño confían en la intercesión del Beato Juan Pablo II, para que Louis se cure de esta poco común y dolorosa enfermedad. 

N° 52: 12 de Agosto

por Antonio Caponnetto



Hoy la ciudad acampa en su ribera,
el viento del sudeste empuja al río,
trazando orillas que no son de agua.

Albión está encallada en un estuario
que la cartografía de los mares
da por perdido al sur, ignoto y frío.

Sopla el invierno su canción helada,
rastro del mediodía, racha dura,
aire que no perdona al forastero.

Hoy es el día en la ciudad signada.

Bofarrul arengaba a los Miñones,
Juan Gutiérrez plegaba su velamen,
el polvorín de Alzaga está inquieto
y las anclas del bárbaro navío
yacen hundidas en la tierra infértil.

Los riachos del Tigre o San Isidro,
la Chacarita de los Colegiales,
o en Luján, los Corrales o en Olivos,
donde pasa Liniers todos lo aclaman

El ultimátum ya arribó hasta el Fuerte,
la mirada de Beresford se apaga:
“¿Cómo han llegado allí, de las orillas,
armados de trabucos antañones?
¿Quiénes son estos hombres de a caballo,
de a pie, de a puño limpio,o poncho al brazo?
¿De qué cuartel salen mujeres, chicos,
viejos, caudillos,veteranos, frailes,
en qué Academia las terrazas lanzan
aceite hirviendo, piedras o guijarros?
¿Qué táctica es aquella de facones,
de relinchos,caronas y cabestros?
¿Cuándo enseñó el Liceo entre sus aulas
que una reja es puñal o carabina,
cuándo se vio el repique de badajos
animando el coraje de plegarias?”

A bayoneta y paso de carrera
otra vez Bofarrul se abre camino
entre dos centenares de invasores.
Y Liniers en vanguardia, sable enhiesto,
en las calles, la plaza, la recova,
en el pórtico antiguo del santuario,
multiplicando esfuerzos y victorias.
Tres balas condecoran su uniforme,
él escucha un clamor: “¡avance, avance!”
Su nombre y su destino eran Santiago.

Las murallas del Fuerte por asalto,
el puente levadizo que se tumba,
el mástil rojo y gualda, nuevamente,
desfila la derrota, silenciosa.

Hoy es el día en la ciudad signada,
un día medieval, templario, andante.
Santa María de la Reconquista
se llama desde entonces Buenos Aires.

Nº 51: Parque temático

Via Christi



El Vía Christi o Camino de Cristo es obra del arquitecto y escultor Alejandro Santana quien, a pedido del Municipio de Junin de los Andes y con el apoyo de los salesianos, recibió en 1999 el encargo de esculpir las escenas de un Vía Crucis sobre el Cerro de la Cruz. Está ubicado a unos 500 metros de la ruta nacional 234.

Cada una de las escenas de la vida de Cristo está asociada con un episodio de la historia reciente y en cada grupo escultórico hay una evidente búsqueda de la multiculturalidad y la universalidad que se pone de manifiesto en el uso de simbología y elementos propios de diferentes grupos humanos, en particular del pueblo mapuche que habita la región.

"Tratamos de mostrarlo no como fue en el momento histórico, sino tratando de traer el evangelio a nuestra realidad, a nuestra forma de vida, algo que involucra también a nuestra identidad, forjada por el legado de los migrantes como de los originarios", explicó a Télam, Santana.

Así, todas las figuras fueron moldeadas con rostros mapuches característicos y hay continuas referencias a los beatos locales Ceferino y Laura Vicuña.

En tanto, el sufrimiento al que fue sometido este pueblo por parte del "huinca", u hombre blanco, aparece a cada paso como símbolo del mal, que también es continuamente asociado a ese negro período de la historia que fueron las dictaduras, en particular la última y más sangrienta.

En la tercera estación, por ejemplo, que refiere a "Jesús y las tentaciones", el diablo es representado como un ser mostruoso de rostro desdoblado en una cara múltiple que contiene las de Joseph Stalin, Adolf Hitler, George Bush y la del ex capellán de la Policía Bonaerense condenado por delitos de lesa humanidad, Christian Von Wernich.

"Me resultaba muy difícil modelar al demonio, no le encontraba forma, y entonces opté por esto porque el demonio no es algo que se deje ver; es lo falso, que siempre está mostrándose en una careta distinta", consideró el escultor durante una recorrida por el Vía Christi.

En tanto, en la estación número cuatro, llamada "Las Bienaventuranzas", el asesinado sacerdote tercermundista Carlos Mugica es parte de un selecto auditorio que también componen San Francisco de Asís, Martín Luther King, la Madre Teresa, Laura Vicuña y Gandhi.

El Vía Christi ocupa un predio de ocho hectáreas sobre el cual las estaciones aparecen intercaladas sobre un sendero parquizado que se extiende por más de dos kilómetros y que lleva unas dos horas recorrer.

De las 25 estaciones proyectadas, hasta el momento se han inaugurado 22 y la próxima habilitarse, el 8 de diciembre, es "La Pesca Milagrosa".

La estación final será un Cristo luminoso gigante que estará ubicado en la cumbre del cerro y al que se verá como saliendo de entre las montañas.


Fuente: Télam