Nº 21 La Iglesia de la Verdad


Por Rodolfo Reynoso
                                                                       “… domus Dei est, et porta coeli”(Gn. 28, 17)

¿Quién eres, Iglesia Católica Apostólica Romana? 
Eres la más venerable Institución de todos los tiempos; más aun, la Esposa gloriosa, santa e intachable, fundada por Cristo y amada por Él; el Cuerpo Místico para cuya purificación el mismo Señor se entregó como manso Cordero (Cf. Ef. 5, 25-27). Eres el Templo espiritual formado sobre “piedras vivas” (Cf. I Ped. 2, 4-6) “talladas por el cincel saludable del Divino Obrero, que unidas estrechamente entre sí, se elevan hacia la cumbre” (Cf. Himno Urbs Ierusalem, de la Dedicación de una Iglesia). Eres el Palacio excelso del Dios soberano, imagen fiel y anticipo de la Nueva Jerusalén “ataviada como una esposa que se engalana para su esposo” (Apoc. 21, 2). Eres garantía de la Verdad y antorcha de esperanza, que permanece siempre encendida en medio de la oscuridad de un mundo escéptico y desorientado. Eres la Voz de Cristo, verdadera Palabra de Dios que “existe desde el principio” y “por la que fueron hechas todas las cosas” (Jn.1, 1.3), Voz que jamás nadie ha podido ni podrá silenciar. Eres la gran Familia de los creyentes, que trasciende los límites del tiempo y del espacio, y constituye la comunión de los santos: la Asamblea gloriosa de los Justos que alaban sin cesar al Señor; la multitud venerable de los que, habiendo concluido ya su tránsito por este mundo, se purifican en espera del encuentro pleno y definitivo con Dios; la muchedumbre de hombres y mujeres “de toda raza, lengua, pueblo y nación” (Cf. Apoc. 5, 9), que se encamina hacia la Patria Celestial. 

  ¿Por qué te creo, Iglesia Católica Apostólica Romana? 
Porque en más de dos mil años has mantenido intacto el tesoro de la fe confiado por el Salvador Jesucristo a los apóstoles. Porque ni los ataques, ni las persecuciones exteriores, ni las infidelidades, ni la falta de testimonio cristiano de muchos de tus hijos, han podido destruirte jamás, lo cual es señal de que te sostiene la omnipotencia de Aquel que aseguró al primero de los apóstoles: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt. 16, 18). A esto lo dijo la Verdad (Jn. 14, 6); que calle el “padre de la mentira” (Jn. 8, 44); que escuche el mundo.

Porque de tus enemigos y de tus hijos infieles acaso queda sólo el recuerdo, pero tú, construida sobre Cristo, “Piedra angular” (Lc. 20, 17), permaneces firme como Columna de Verdad que “resplandece con brillante luz, para honra de Dios”(Cf. Exsultet: alusión al Cirio pascual, imagen de Cristo Resucitado, Cabeza de la Iglesia). Porque eres la Madre amorosa que extiende los brazos a todos los pueblos, y no duda en recibir en su regazo a las “ovejas de otro redil” (Cf. Jn.10, 16). Porque eres la Madre humilde que enseña a sus hijos a pedir perdón por los errores que han cometido. Porque eres la Madre tierna que invita a que vuelvan al Padre los hijos alejados, y a que se reconcilien entre sí y con Él, los enemistados. Porque eres la Madre fiel que defiende como nadie la vida y la dignidad de todo hombre, aun sabiendo que muchas veces será perseguida y combatida incluso por aquellos mismos a quienes protege. Porque eres la Madre abnegada que no olvida a ninguno de sus hijos; a todos protege; a todos exhorta; por todos reza. ¿Qué interés puede impulsarte a favorecer a quienes te persiguen, a velar por quienes te calumnian y a perdonar a todos? Sólo la inquebrantable fidelidad a Cristo, tu Esposo.

Porque nunca te amedrenta el desprestigio ni la persecución, cuando de anunciar el Evangelio de Cristo se trata. Porque no existe en la historia de la humanidad otra institución en la que tantos hombres y mujeres, de tan diversas culturas, condiciones sociales, edades y costumbres, hayan ofrecido voluntariamente la vida por Cristo, a veces hasta el supremo testimonio del derramamiento de la propia sangre. Porque sólo tus hijos bienaventurados han obtenido de Dios verdaderos milagros, tan patentemente innegables como científicamente inexplicables. Porque sólo tus enseñanzas han sido siempre las mismas, nunca contaminadas con corrientes ideológicas ni políticas, ni siquiera cuando algunos de tus hijos hubieren podido adherir a ellas. 

¿Por qué te necesito, Iglesia Católica Apostólica Romana? 
Porque sólo en tu seno el Hijo de Dios me ha dado la certeza de que no seré víctima de las fuerzas del mal, cuando afirmó que las puertas del infierno no prevalecerían contra ti (Cf. Supra: Mt. 16, 18b). Porque sólo en ti, Ancla de salvación, el Señor Jesucristo, ha puesto un Vicario suyo, garante de la Verdad, cuya fe no puede vacilar: “Simón, Simón, Satanás te busca para zarandearte como trigo, pero Yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.” (Lc. 22, 31-32).

Porque sólo en ti puedo contemplar la obra más perfecta salida de manos del Creador: María, la Madre de Jesucristo, Dios verdadero, la Madre tuya, Iglesia santa, y por ello, nuestra Madre, modelo de la plenitud a la que aspiramos los redimidos. Porque sólo tú me das a beber de la fuente de la misericordia y del perdón de Dios que es el sacramento de la Reconciliación; en efecto, el Señor ha elegido ministros para que en su nombre, nos absuelvan de nuestras faltas: “Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos” (Jn. 20, 22b-23). Porque sólo tú, fundada por Jesucristo, Pontífice eterno, fiel a su mandato (Cf. Lc. 22, 19c), me ofreces el verdadero Maná, reservado para la plenitud de los tiempos (Cf. Apoc. 2, 17): Su Cuerpo glorioso y Su Sangre preciosa, Misterio de Amor, por el que se cumple la promesa del Señor: “Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 20). Por todo esto, Santa Madre Iglesia, porque sé quién eres, porque te creo y porque te necesito, agradezco al Todopoderoso el don inefable de tu existencia. En ti, Arca bendita impulsada por el Viento del Espíritu, bajo la guía de Pedro, quiero navegar por los océanos del mundo hacia el Puerto de la eterna salvación.

Nº 20: El esperpento nacionalista

Por José Antonio Méndez 
Fuente: Alfa & Omega 

Colegios que obligan a hablar catalán a los padres; muñecas criticadas por no hablar gallego; bibliobuses vascos que promocionan el castellano entre saharauis. Si no fuese porque, en el día a día, se producen casos dramáticos, las iniciativas nacionalistas que promueven ciertos Gobiernos autonómicos inducirían a la carcajada. Los despropósitos independentistas, además de ilegales, rozan el ridículo, en su empeño por excluir el castellano. Si viviese, quizá Valle-Inclán cambiaría su definición de esperpento, y diría que, no los héroes clásicos, no, sino los derechos constitucionales «se han ido a pasear por el callejón del gato» (rincón madrileño conocido por sus espejos cóncavos y convexos que deforman las figuras). 

Al menos, en determinadas regiones de España. Porque, en su afán por excluir lo español, las iniciativas nacionalistas rozan el absurdo. Incluso, hasta provocar hilaridad y estupor. Si no fuese porque miles de personas padecen en primera persona la exclusión y el menosprecio por no comulgar con las ruedas de molino independentista, algunas de las iniciativas que señalamos bien pudieran formar parte de un guión cómico de teatro. A finales de septiembre se presentó un bibliobús encargado de llevar 1.000 libros en castellano a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf. 

Esta promoción de nuestra lengua no está financiada por el Instituto Cervantes, sino por el Gobierno vasco. Sin embargo, si un avezado niño saharaui que destaque en el domino del castellano quiere ampliar sus estudios en Vascongadas, se encontrará con que el Ejecutivo del PNV cercena el modelo A, que permite estudiar en español: aunque la ley exige que, si hay demanda, el colegio debe ofertarlo, más de 3.000 padres denunciaron ante el Defensor del Pueblo que las escuelas vascas les negaban esta opción. 

Catalán en los recreos mallorquines 
 Claro que, si la familia del pequeño saharaui decide instalarse en Baleares, no lo va a tener más fácil. A los fanáticos del nacionalismo catalanista no les basta con que los alumnos sólo puedan ser escolarizados en catalán, ni que sean ridiculizados por los profesores, si hablan castellano. En un centro público de Palma, el director obliga a los menores a que, en el recreo, sólo hablen catalán. Y en otros, la inmersión lingüística salpica ¡a los padres! O se dirigen en catalán a los profesores, o no les atienden. Los problemas de la inmersión lingüística no sólo saltan en el espacio, de una Comunidad a otra, sino también en el tiempo. Y si no, que se lo pregunten al filósofo griego Platón, que en Galicia se estudia en gallego. Lo curioso es que, en lugar de traducir los conceptos platónicos desde su raíz griega, se traducen de la versión castellana. 

Así, el filósofo no habló de ontología, sino de ontoloxía. Además, los ríos no tienen cuencas, sino cuncas. Las faltas de ortografía son de antología (o antoloxía) también en Cataluña: los países no están desarrollados ni desenvolupats, sino desenvolupados; una lei de la física aborda el fregamento, no el rozamiento o fregament …Y así, hasta el esperpent . Para los nacionalistas, ya ni las muñecas son lo que eran … La Xunta presidida por el PSG y el BNG acusó a los jugueteros de excesiva rigidez, porque los juguetes sólo falan castellano.«¿Por qué las muñecas no pueden hablar gallego. ¿Es que Peter Pan nació en Alcorcón o Bambi se crió en Almería?», preguntó el diputado nacionalista Bieito Lobeira. Lo mismo la Mariquita Pérez tiene que llamarse Marusiña; o le obligan a firmar un «contrato de fidelidad con la lengua » como los que –y esto no es un juego – se proponen a los alumnos de las galescola, a quienes se animan a rebautizar sus nombres españoles por su versión galaica

  Entradas de cine a 85 euros 
En su promoción del cine en catalán, la Generalitat financia películas que sólo el 0,8 % de espectadores de Cataluña fueron a ver en 2007. Y claro, con tan poca taquilla, al Govern le cuesta 85 euros cada entrada. No sabemos si las productoras harán un descuento al tripartito cuando den las subvenciones en el día del espectador, pero es casi seguro que la factura estará en lengua cooficial, como ocurre en Galicia y Mallorca con los recibos de la luz, el gas y el teléfono, e incluso con los billetes de tren, autobús y avión, o los menús de los restaurantes. 

  De menús, médicos y lápidas 
 Para terminar, un acertijo: un independentista gallego que tiene una rara enfermedad se atraganta, del disgusto, al recordar la polémica de los nacionalistas mallorquines con Air-Berlín, mientras come en un restaurante del País Vasco. Le llevan a un centro médico–donde falta personal, porque 4.000 sanitarios han sido liberados en los últimos años para estudiar euskera-Le atiende un facultativo que no tiene preparación para reconocer su enfermedad (en el País Vasco, hablar vascuence cuenta entre 16 y 24 puntos para lograr una plaza, mientras un máster, 1,5) y no consigue descifrar su historial médico, íntegramente en gallego. Además, su tarjeta sanitaria está en catalán, porque acaba de fijar su residencia en Palma, y abarca sólo territorio balear. El caos agrava la crisis del paciente y, por desgracia, fallece. La pregunta es: ¿sería mejor poner el epitafio de su lápida en gallego, en vascuence, en catalán, o en esperanto con caracteres cirílicos?

Nº 19: No se pudo homenajear al Padre de la Patria

Esta vez el aquellarre fue en Neuquén

El Chasqui Córdoba, agosto de 2008  
Fuente: AN
Gentileza de nuestro amigo Andrés Mendieta

Les gritaron "asesinos", les preguntaron por el desaparecido Julio López, los cuestionaron por la dictadura y por la guerra de Malvinas, les mostraron los pechos y arrojaron bolsas de basura: unas 400 mujeres tomaron ayer el centro de la capital para increpar cara a cara a efectivos del Ejército que iban a participar de la conmemoración del 158 aniversario de la muerte del general José de San Martín, que finalmente quedó suspendido porque ellas lo impidieron.
Ocurrió a pocos minutos de culminar uno de los talleres del Encuentro Nacional de Mujeres, en inmediaciones de la Escuela de Música y a pocos metros del monumento al prócer, donde el municipio y la Asociación Sanmartiniana de Neuquén habían organizado el homenaje.
Justo cuando el acto oficial iba a iniciarse, el grupo de mujeres avanzó sobre la explanada del monumento. Había cerca de un centenar de efectivos del Ejército formados sobre la avenida, dispuestos a desfilar, y ya sonaban los primeros acordes de una banda militar.
El grupo de mujeres, cantando consignas contra la dictadura, con filmadoras en la mano, megáfonos, y carteles a favor del aborto, se apostó a los saltos en las dos manos de la avenida, a la altura del municipio, mientras otras rodearon al locutor oficial: sus palabras quedaron opacadas por las consignas que exigían la suspensión del acto.
También reivindicaban la figura del docente asesinado por la policía provincial Carlos Fuentealba, al "compañero López, que no se sabe dónde está", y había otros cantos netamente direccionadas a los juicios que se siguen contra integrantes de la última dictadura, que a partir del miércoles próximo tendrán su capítulo local cuando se comience a juzgar a militares que operaron en la región: "Cómo a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar", dijeron.
En medio del griterío, el Comandante de la VI Brigada de Montaña, Hernán Prieto Alemandi, trató de saludar a la tropa, pero no logró desmotivar a las manifestantes. De hecho habló franqueado por decenas de ellas que gritaban a su lado a favor de la anticoncepción y el derecho a poder elegir legalmente abortar si es lo que quieren.
A pocos metros, permanecía el resto de los jefes militares, que nunca perdieron la compostura, pero que miraban atónitos la irrupción inesperada de las feministas. También estuvo la diputada nacional Alicia Comelli (MPN) y el designado vocal del TSJ, Guillermo Labate.
Roberto Ghiglione, de la Asociación Sanmartiniana de Neuquén tomó el micrófono. Quiso dar su discurso, pero su actitud contemporizadora no dio resultados. Luego dijo que "la figura de San Martín no merecía una reacción así de irrespetuosa".
A su vez, el presidente del Concejo Deliberante, Néstor Burgos, calificó de "vergonzosa" la manifestación de las mujeres. "Creo que es una actitud desubicada e incomprensible, de irrespeto al máximo prócer de la Nación: es el libertador de América, no es el gobierno ni el Ejército. Equivocaron el lugar".
El acto terminó con el grupo de feministas caminando detrás de los efectivos del Ejército, que tomaron por la avenida Argentina, cuando recibieron la orden de suspender el homenaje.

Nº 18: El lenguaje zarpado



Por Alina Diaconú 
Fuente: LA GACETA - Buenos Aires

  El lenguaje es el vestido de los pensamientos. Samuel Johnson 
Bien lo sabemos: el lenguaje va cambiando permanentemente, de acuerdo con los hábitos, las modas y las costumbres que van marcando cada época. Podríamos llegar pues a esta directa y parafraseada deducción: dime cómo hablas y te diré cómo eres, cómo vives y cómo piensas… Hay palabras y expresiones que marcan estos últimos tiempos y que se han vuelto muletillas: “nada”, cuando alguien quiere decir “entonces, bueno, en fin, etcétera”. Otra expresión muy en boga es “a ver”, cuando se quiere manifestar que estamos pensando, reflexionando o buscando alguna respuesta. 

 Pero, lo que más llama nuestra atención es la proliferación de abreviaturas que caracteriza el lenguaje de hoy y que tiene muchísimo que ver con la idiosincrasia de los jóvenes, con su universo, donde reinan las computadoras, los celulares con sus mensajes de texto, el correo electrónico, el chateo. También hay muchas palabras que derivan de las costumbres de las llamadas “tribus urbanas” y de la música (sobre todo el rock y la cumbia villera). Hemos anotado algunas de estas voces, que, si bien provienen de dicho mundo juvenil, han sido adoptadas también por los mayores, con lo que adquirieron -de este modo- una vigencia mucho más abarcadora. Peli (por película), fan (por fanático), compu (por computadora), celu (por teléfono celular), tele (por televisión), abu (por abuelo o abuela), pelu (por peluquería), promo (por promoción, oferta comercial), facu (por facultad), choco (por chocolate), progre (por progresista, en el sentido ideológico). No hablemos de las abreviaturas que sufren casi todos los nombres propios: Ale (por Alejandro o Alejandra), Eli (por Elizabeth o Eliana), Juanca (por Juan Carlos), Fer (por Fernando), Marce (por Marcelo o Marcela), Su (por Susana), Luismi (por Luis Miguel ¡el cantante!), entre muchos otros. 

  Ansiedad, jibarización y pobreza 
 Parece haber una suerte de ansiedad por acortar las palabras largas, un facilismo, algo de pereza mental, una necesidad de abreviarlo todo. Como si no se tuvieran el tiempo y las ganas de pronunciar el nombre completo, y se necesitara recortarlo, lo cual hace, a la vez, que ese nombre suene a diminutivo y obtenga así una dosis, un plus -buscado o no- de supuesto afecto o bien de una innegable familiaridad. Se sabe que los jóvenes viven en la velocidad, en la fragmentación; todo tiene el frenético ritmo de un video-clip: no hay que perder tiempo, todos los deseos hay que realizarlos ya

Quizá sea por eso que acortan las palabras, eliminándoles la terminación, transformándolas así casi en apócopes. Esta manera de hablar parece ser el espejo de una forma de ser, del vértigo en que se sumergen, de una búsqueda incesante de abreviar los “tempos” y de conseguir que impere la ley del menor esfuerzo. Tenemos indicios, por otra parte, de que la realidad puede crearse a partir del lenguaje. Este tiene, por lo tanto, un inmenso poder. Porque, siguiendo esta tesis, determinado lenguaje sería capaz de generar una determinada realidad. El escritor español José Ángel Mañas dijo: “Hoy queremos ser todo lo más jóvenes posible, también en el lenguaje”; quizá por eso este lenguaje propio de los adolescentes se ha propagado con tanta facilidad entre los adultos. 

 En la actualidad, gran parte de la gente mayor imita a los jóvenes no sólo en su forma de hablar, sino en su vestimenta, en sus comidas, en muchas de sus preferencias en las áreas más heterogéneas de la vida diaria. ¿Será esta una forma de sentirse rejuvenecido, de luchar contra los cambios físicos y anímicos que produce, inexorablemente, la acumulación de los años? Más allá del hondo y complejo sentido que tendría esta presunción, muchos de nosotros creemos que este lenguaje abreviado, sincopado, que no admite casi palabras de más de dos sílabas habla de un empobrecimiento evidente de nuestro léxico. En este caso, aquello de “si lo bueno breve, dos veces bueno” sería más que discutible. 

 Hay quienes no piensan así. En el seminario internacional denominado “El español de los jóvenes” que tuvo lugar hace poco en San Millán de la Cogolla, España, y del cual participaron profesores universitarios, escritores, guionistas y hombres de la publicidad de todo el mundo, la conclusión a la cual se arribó fue la siguiente: “La jerga juvenil es casi siempre pasajera, pero en ocasiones aporta a la lengua recursos ocurrentes, expresivos y con más fuerza que los que tiene el lenguaje de los adultos, por lo que hay que evitar los prejuicios con los que muchas veces se observan esos modos de hablar”. 

Recordemos palabras y expresiones como “bancar”, “copar”, “ persona contenedora”, “estar pinchado” o “bajoneado” o “sacado”, “zarpado”, “estar de los tomates”, “grosso”, “¡es muy fuerte!”, “está bueno”, etc. etc. Una gran cantidad de esas palabras provienen también del mundo de la droga y, sin embargo, muchos de nosotros las usamos en el día a día porque ya se han asimilado a nuestra habla cotidiana y no somos conscientes de su contenido. 

Los límites de la mente 
 De todas maneras, y más allá de un posible pintoresquismo, la pobreza del lenguaje actual nos impacta. En las conversaciones diarias y cada vez que encendemos el televisor escuchamos alocuciones con un vocabulario mísero, paupérrimo, deformado y reducido, entre otras cosas, por esta avalancha de abreviaturas y muletillas que actualmente rige nuestro idioma, al menos, en lo que hace a su aspecto verbal. Estamos ante una patética oralidad. “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”, afirmó Wittgenstein. Cuanto más limitada sea nuestra habla, más limitados serán nuestro poder de reflexión, nuestra profundidad de pensamiento y, también, la elevación de nuestro espíritu

Octavio Paz escribió una vez: “Cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje”. ¿Acaso no pasa esto entre nosotros? Noam Chomsky cree todo lo contrario. “El lenguaje de hoy no es peor que el de ayer. Es más práctico. Como el mundo en que vivimos”. Nosotros ya opinamos. Usted, al leer esta nota, podrá dilucidar, acaso, este dilema. O, al menos, sacará su propia conclusión. Su conclu, mejor dicho. Sería interesante conocerla, eso sí, sin reduccionismos, in extenso.

El Chasqui Córdoba, agosto de 2008 

Nº 17: La bandera de la Unión Europea

por Vittorio Messori 
27 de julio de 2003 
Fuente: webcatolicodejavier.org 

 El jueves 10 de julio de 2.003 se presentó en Bruselas, en solemne ceremonia, el borrador definitivo de la Constitución Europea. Pero esta Constitución, cuando define sus propios símbolos, confirma solemnemente que la bandera europea es azul, con doce estrellas colocadas en círculo. 

Pues bien: tanto los colores, como los símbolos, como su disposición provienen directamente de la devoción mariana: son un signo explícito de devoción a la Virgen María. Así es. Las estrellas son las del capítulo doce del Apocalipsis: «Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer vestida de Sol, con la Luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza». Esa Mujer misteriosa, en la tradición cristiana, es la Madre de Jesús. También los colores provienen del culto: el azul del cielo y el blanco de la pureza virginal. Y es que en el diseño original, las estrellas eran de plata, y sólo en un momento posterior asumieron el color del oro. Vamos, que aunque pocos lo saben, la bandera que ondea en todos los edificios públicos de la Unión (y el círculo de estrellas que está sobre la inicial del país en las matrículas de los coches europeos) son la invención de un pintor que se inspiró en su ferviente devoción mariana. 

 La historia comenzó en 1949, cuando en Estrasburgo se instituyó el primer «Consejo de Europa», encargado de «poner las bases de una deseada federación del continente». Al año siguiente, para justificar con alguna iniciativa su existencia, dicho Consejo convocó un concurso de ideas, abierto a todos los artistas europeos, para una bandera común. En la convocatoria participó Arsène Heitz, por entonces joven y poco conocido diseñador, que en el momento de nuestra investigación aún vivía y mantenía plena lucidez mental, aunque ya pasaba de los noventa. 

 Del cuello de Heitz, como del de tantos otros católicos, colgaba la conocida como «medalla de la Milagrosa», que se acuñó tras las visiones de santa Catalina Labouré en París, en 1830. Esta religiosa reveló que había recibido el encargo de la Virgen misma de hacer acuñar y difundir una medalla en la que estuvieran las doce estrellas del Apocalipsis y la invocación: «¡Oh María, sin pecado concebida! Rogad por nosotros que recurrimos a Vos». La devoción se extendió por todo el mundo católico de tal manera que dicha medalla se convirtió en uno de los objetos más difundidos, con muchos centenares de millones de unidades. Llevaba una- hecha de chapa y colgada con un cordón- santa Bernardette Soubirous cuando se le apareció la Señora por primera vez, el 11 de febrero de 1858, vestida precisamente de blanco y azul. 

 Pues bien, Arsène Heitz no era simplemente uno de los innumerables católicos que llevaba consigo aquella medalla surgida a partir de unas apariciones, sino que cultivaba una especial veneración por la Inmaculada. Y por tanto, pensó que haría su diseño con las estrellas colocadas en círculo, como en la Medalla, sobre un fondo azul mariano. Para su sorpresa, el boceto ganó el concurso. La Comisión que componía el jurado estaba presidida por un belga de religión judía, responsable de la sala de prensa del Consejo, Paul M.G. Lèvy, que no conocía los orígenes del símbolo, pero al que probablemente le impresionaron los colores. 

Efectivamente, el azul y el blanco (ya hemos dicho originariamente las estrellas no eran amarillas sino blancas) eran los colores de la bandera del por entonces recién constituido Estado de Israel. Aquel estandarte había ondeado por primera vez en 1891, en Boston, en la sede de la «Sociedad Educativa Israelita», y se inspiraba en el chal rayado que usan los judíos para la oración. 

En 1897, en la Conferencia de Basilea, se adoptó como símbolo de la Organización Sionista Mundial, convirtiéndose finalmente en 1948 en la bandera de la república de Israel. Desde una perspectiva de fe, es felizmente simbólica esa unión de referencias cristianas y judías. Y es que la mujer de Nazareth es la «Hija de Sión» por excelencia, es el vínculo de unión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, aquella en cuyo cuerpo se concretó la espera mesiánica. Incluso el número de las estrellas parece vincular estrechamente ambos credos: doce son los hijos de Jacob y las tribus de Israel, y doce los apóstoles de Jesús. 

Tenemos así el judeo-cristianismo que ha construido el continente unido en una bandera. Tenemos además que algunos años después de la conclusión del concurso de idea, en 1955, el boceto de Heitz se adoptó oficialmente como bandera de la nueva Europa. Entre otras cosas, para confirmar la inspiración bíblica y al mismo tiempo devocional del símbolo, el pintor consiguió introducir una tesis personal que fue hecha propia por el Consejo de Europa. 

Efectivamente, habían surgido críticas puesto que los Estados miembros por entonces sólo eran seis y no se veía la razón de que las estrellas fueran doce. ¿Acaso la nueva bandera no debía remitirse a la lógica de la Old Glory, la bandera de los Estados Unidos de Norteamérica, donde a cada Estado federado corresponde una estrella? 

 Arsène Heitz consiguió convencer a los responsables del Consejo: sin revelar la fuente religiosa de su inspiración para no provocar recelos, sostuvo que el doce era, para la sabiduría antigua, «un símbolo de plenitud», y que no debía cambiarse tampoco si los miembros superaban ese número (25 actualmente). Así sucedió y así ha sido definitivamente sancionado por la nueva Constitución. Ese número de astros que, como profetiza el Apocalipsis, coronan la cabeza de la «Mujer vestida de Sol» no cambiará nunca. 

 Acabaré con un detalle que puede servir de reflexión : la sesión solemne durante la que la bandera se adoptó, se celebró- lo hemos dicho, en 1955-, en un día que no se escogió aposta, sino que vino determinado por las agendas de los Jefes de Estado. Pero he aquí que aquel día era un 8 de diciembre, día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, era realidad de fe prefigurada por aquella Medalla que inspiró la bandera. 

Para muchos, desde luego, una casualidad. Pero para otros, quizá, el signo discreto pero preciso de «otra» realidad, en la que tiene un significado el hecho de que al menos durante mil años, hasta la ruptura de la Reforma, precisamente María fuera venerada en todo el Continente como «Reina de Europa».

El Chasqui 
Córdoba, junio de 2008

Nº 16: Quemá esas cartas... (El piquetero K es un hombre de principios)


La Matanza y Morón, 7 de abril de 1994 
Sr. Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos de la Nación 
Dr. Domingo Felipe Cavallo 
Presente 

 De nuestra mayor consideración: 
Con seguridad, 1989, quedará sin duda marcado en la historia de los argentinos, como el tiempo en que estallaron todas las variables económicas y la hiperinflación invadió la vida, la historia y las costumbres de los ciudadanos. 
La inmoralidad se puso el ropaje de la especulación y amenazaba con quedarse a vivir para siempre entre nosotros. Los dirigentes de las villas y los asentamientos multiplicábamos nuestros esfuerzos hasta el infinito. 
Todavía podemos recordar vivamente las largas y difíciles charlas con los compañeros, tratábamos de disuadirlos de cometer actos irracionales que, como los saqueos de San Miguel y La Matanza, segaron la vida de algunos de ellos. Las largas colas en las ollas populares para conseguir un plato de comida, las interminables gestiones para proveer mínimamente de alimentos a los que, en medio de la desesperación, eran colocados al límite mismo del abismo. 
Esta situación la padeció toda la sociedad argentina, pero en particular nosotros, los más humildes, hemos quedado marcados en la memoria y en la piel por el recuerdo de aquello que no queremos vivir nunca más. 

El catastrofismo de ciertos intelectuales generadores de opinión, los análisis políticos de “medio pelo” y los criterios de la pseudointelectualidad hipócrita, intentan instalar en los medios masivos de comunicación una serie de cuestionamientos a la política económica que ni de lejos se asoma a la percepción que de ella tiene nuestro Pueblo, en especial los más humildes. 

La estabilidad económica, el acceso a determinado tipo de crédito, la movilización de la obra pública (en particular en los barrios marginales), el fenomenal ordenamiento de la economía son, a pesar del abismo que intenta asestar ésta nueva forma de intelectualidad antipopular, una conquista irreductible que Pueblo y Gobierno, hemos alcanzado juntos, con la conducción política del Presidente Menem y con la invalorable pericia técnica de usted y su equipo de colaboradores. 

La desburocratización y la efectividad de la política social, el incremento de empleo y la calidad del mismo, juntamente con el sesgo exportador que nuestro país debe alcanzar, son metas pendientes que deberemos alcanzar juntos. Tenemos motivos de sobra para tener Esperanzas, tenemos la certeza profunda de que estamos en el camino correcto, tenemos la decisión irreversible de acompañarlo en la construcción de un país donde una economía eficiente como la que Ud. conduce, pueda conjugarse con la Justicia Social, sin echar los esfuerzos del conjunto por la borda. 

Queremos animarlo en la tarea emprendida, invitarlo a no dejarse desalentar por las voces del pasado y a seguir conduciendo la decisión que emana de sus convicciones más profundas, para seguir dando las batallas pendientes que sin duda harán de la Argentina uno de los grandes países de la tierra. 

Es cierto que quizás algunos funcionarios tendrían que obrar más cristalinamente pero, no es menos cierto, que la corrupción es tema y puntual y que, en algún momento, habrá que prestarle la atención debida, pero que al lado de las enormes cuestiones que usted ha podido resolver y plasmar en la cotidaneidad de los ciudadanos pierde su relevancia y peso específico. 

Sepa ya, que sus habituales críticos intelectuales no se atreven a criticar públicamente los beneficios de la estabilidad, lo que grafica de alguna manera la carencia de modelos alternativos, no sólo en la Argentina sino en la sociedad Universal contemporánea. 

Sepa usted que puede contar con nosotros, que desde los humildes podremos hablar de sentir y de las necesidades de nuestro pueblo, para arrancarles las caretas a aquellos que con deshonestidad intelectual y desde las comodidades de la pequeña burguesía intentan hundirnos en la desesperanza y quebrar nuestro desarrollo como Nación. 

Fraternalmente, 
Luis Ángel D’Elía (DNI 12.894.313) 
Juan Carlos Alderete (DNI 10.539.167)


El Chasqui 
Córdoba, abril de 2008

Nº 15: Nueva cadena supersticiosa: el «Pan Hemin del padre Pío»

 por P. Ernesto María Caro 
Arquidiócesis de Monterrey
Fuente: elobservadorenlínea.com 

El «Pan Hemin del padre Pío», nada tiene que ver con este santo italiano ni con la Iglesia. Es una nueva cadena supersticiosa creada deliberadamente para debilitar la fe católica. Los autores de estas cadenas inventan toda clase de mentiras y amenazas para hacer que circulen sus mensajes. Es una obra del demonio, que siempre busca confundir a los hijos de Dios y llevarlos al camino de la superstición, para de ahí debilitar su fe. El camino del cristiano está claramente indicado en la Sagrada Escritura, en el magisterio de nuestra Iglesia y no en este tipo de mensajes y prácticas supersticiosas. A continuación hago un pequeño comentario de la cadena «El Pan Hemin del padre Pío» para que vean con claridad la falsedad e incongruencia de ésta. He puesto  entre «comillas» el mensaje original. 

Qué es bendito y qué no. «El pan bendito del padre Pío»
Para empezar, no hay pan que pueda en sí mismo estar bendito. Para que algo esté bendito tiene que ser bendecido por un ministro de la Iglesia (obispo, presbítero o diácono) y sólo ese objeto queda bendito. No se pude dar la bendición por contacto (ponerlo junto a...), ni por ampliación (creencia en cuanto a que si se agrega agua bendita en el agua sin bendecir, ésta también queda bendita: esto es falso). 

 El padre Pío no hacía pan. 
Por otro lado, hasta donde sabemos san Pío no hizo jamás pan, ni creó una receta «mágica» para que el pueblo de Dios recibiera bendiciones a través de esto. Si lo hubiera hecho, ciertamente no sería santo sino un brujo. 

El padre Pío no vivió en el Vaticano
 « Este pan es llamado Hemin, es el pan del padre Pío y viene del Vaticano. Trae bendiciones a cada familia que lo coma. En el día 10 usted deberá dar este pan a otra persona». Esto de nuevo parece una fórmula mágica, con bendiciones especiales. Cualquier persona instruida sabría que el padre Pío no vivió jamás en el Vaticano sino en Pieltrecina. Además, no sabemos qué significa eso de «Hemin». Quienes hacen estos mensajes buscan poner nombres extraños que más bien parecen estar ligados con ritos mágicos o al menos supersticiosos. 

Las amenazas no faltan 
« Recuerda: no debes rechazar este pan una vez que se te dé». Ésta es la típica amenaza de las cadenas. ¿Qué pasaría si no lo hago? ¿Dios me va a castigar por haber rechazado un pan? Hermanos: Dios no nos castiga como merecemos por rechazar el Pan Eucarístico y la Palabra de su hijo Jesucristo, y ¿nos va a castigar por no pasarle a otra persona un pan o por no recibirlo en nuestras casas? Por supuesto que no. Sin embargo, la amenaza es lo que le da fuerza a la cadena para que pueda circular. 

Fórmula mágica a lo New Age 
Ahora viene la formula mágica: «Qué hacer: Cuando recibas la masa del pan, ponla en un recipiente de vidrio y cúbrela con papel transparente o con papel wax. Déala en un sitio de la casa a temperatura ambiente. Nunca pongas la masa en la nevera. En el día 1 y 2: No toques la masa, el pan se esta adaptando a tu casa». Esto de no tocar la masa pues «se está adaptando a tu casa» tiene todos los principios de la New Age. Éstas son conocidas prácticas esotéricas, prohibidas por la Iglesia. De nuevo el carácter esotérico «En el día 3 y 4: Mezclar bien la masa con una cuchara de madera una vez al día...En el día 5: Agregue a la masa 1 taza de leche, 2 tazas de harina y 1 taza de azúcar y mezclar bien con una cuchara de madera. En el día 6, 7, 8 y 9: Mezclar la masa con una cuchara de madera una vez al día». El tema de la cuchara de madera de nuevo pone en evidencia el carácter esotérico de la «receta». 

 Hacen falta personas ignorantes 
«En el día 10: Agregue a la masa 1 taza de leche, 2 tazas de harina y 1 taza de azúcar. Mezcle todo con una cuchara de madera. Cuando esté bien mezclado divida la masa en 4 porciones iguales, quédese con una porción y distribuya las restantes a 3 personas diferentes que usted considere que harán el pan». Para que la cadena funcione siempre es importante buscar personas ignorantes que puedan continuar con la cadena. De lo contrario se detendrá y no tendrá el efecto nocivo que está buscando el demonio. Esto, porque una vez que la familia lo haga estará ya en las garras de la superstición... y poco a poco irán destruyendo su fe con otras prácticas que seguramente llegarán o buscarán. 

 El pan que se hace sólo una vez 
«A su porción usted deberá agregarle 1/4 de taza de azúcar, 3 huevos, 1/4 de taza de aceite y 2 cucharaditas de polvo para hornear. Mezcle bien con la cuchara de madera. Precaliente el horno a 325. Engrase un molde de 9 X 13 y coloque la masa en el horno por espacio de 35 a 40 minutos. Recuerde: usted solamente debe hacer el pan de Hemin una vez en la vida» Resulta que ya no es el «pan del padre Pío” sino de Hemin. Como ves, querido hermano, esto es una clara burla y una trampa para la fe. Más que un pan de bendición, esta parte final nos inspira a pensar en una serie de maldiciones que ocurrirán si lo repetimos. Más trampas para los ingenuos y faltos de fe en Jesucristo. Mejor caminar a la luz de Cristo Es necesario que regresemos a la Sagrada Escritura y que dejemos que nuestra vida sea dirigida por ella y no por todos los escritos y prácticas esotéricas (como ésta). Camina siempre en la luz de Cristo y serás plenamente feliz.Te invito a comer del Pan verdadero: «Yo soy el pan de vida. El que viene a Mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed» (Jn 6, 35). 

 El incierto origen del «Pan Hemin» 
 En español se llama «la tarta del padre Pío» o «el pan Hemin del padre Pío», y en inglés es el «Holy Bread of Padre Pio» (pan santo del padre Pío). Esta cadena tiene infinidad de entusiastas seguidores, desde los Estados Unidos hasta el sur de América, e incluso en España. A México llegó entre el año 2006 y el 2007, y se ha extendido por todos los estados del país. En internet las menciones más antiguas apenas llegan a 2003 (lo cual demuestra que el padre Pío nada tiene que ver, pues falleció en 1968). Se promete que este pan de la superstición «trae bendiciones a cada familia que lo coma». Muchos aseguran que realmente desde que comieron el pan son más felices, o que no les falta el alimento en la mesa (¿de verdad antes sí?); pero otros reconocen que en el prometido día diez de la receta mágica «no pasa ningún milagro ni nada». Los foros dedicados a la charlatanería del feng shui aseguran que el verdadero origen del «Pan Hemin» está en el antiguo Egipto. Pero en otros lados dicen que su nombre correcto sería «Hermin», que en inglés significaría «masa». 

 Lo más probable, sin embargo, es que se trata de una derivación mágica del «pan de la amistad» de la secta protestante Amish (anapbatistas emparentados con los menonitas), que empezó en el año 1900 como una mezcla de harina, azúcar y agua que se dejaba fermentar diez días con procedimientos similares a los que indica la cadena, y se dividía en cuatro partes: una para cocinarla, otra para emplearla posteriormente como fermento, y las dos restantes para regalar a los vecinos; esto simplemente porque no existía la levadura seca activa en tiendas de comestibles. Además, los Amish no tienen refrigeradores (de ahí la orden de «no poner la masa en la nevera») y desaconsejan los recipientes de metal para preparar el pan («pon la masa en un recipiente de vidrio»).


El Chasqui 
Córdoba, febrero de 2008

Nº 14: Mundo supersticioso: ¿Por qué 12 uvas para el año nuevo?

Por María Velázquez Dorantes 
Fuente: EL OBSERVADOR DE LA ACTUALIDAD Nº651 
México, 30 de diciembre de 2007 

  La más difundida superstición 

 La noche del 31 de diciembre es para muchos la despedida de un año viejo y la espera de uno nuevo. En múltiples hogares se reúnen las familias y los amigos para realizar esta espera que culminará cuando el reloj haya marcado la media noche. Alrededor de esta gran costumbre que se festeja en la diversidad de los países occidentales gira una serie de elementos que aparentemente no pueden estar «ausentes» de la reunión-cena de año nuevo, y uno de ellos, quizá el más emblemático, es la presencia de las uvas en la mesa. Las cuales se comen una uva por cada campanada que se escucha en la entrada del año nuevo. Pero ésta es una de las tantas supersticiones que giran alrededor del año nuevo; no obstante, no es una costumbre o un rito actual que se haya masificado a través de los medios de comunicación, si bien estos han colaborado en los últimos tiempos para seguirlo trasmitiendo; el comer 12 uvas ha sido una tradición que ha caminado a través del recurso oral de las generaciones. 

Un mito de intenciones mercantiles 
 Se ha narrado que quien coma las uvas a tiempo tendrá un año de prosperidad y de suerte. Si bien el fruto es muy rico y de temporada, no tiene en su esencia el poder de otorgar ciertas cosas que el hombre tiene que ir conquistando al paso de su vida. Cuenta una de las historias que las uvas comenzaron a rodearse de un extraño misticismo cuando, en los viñedos de alicantino —primera década del siglo XX—, se produjo un excedente de este fruto y la industria necesitó impulsar mitos que sostuvieran su economía; y aún en principios del tercer milenio muchos individuos siguen esta tendencia de superstición, misticismo y enajenamiento. 

A México desde España, a España desde Asia 
 La tradición del comer uvas para la buena suerte nos fue traída por parte de los conquistadores españoles; sin embargo, alrededor de la uva existe toda una historia que no sólo implica a España y a su gente, sino que va mucho más allá de la superstición y que involucra la llegada de este fruto a la civilización. Su origen se encuentra en Asia Menor, cultivada alrededor del año 3500 a. C., en la región del Mar Caspio. Se trata de uno de los alimentos míticos de los países mediterráneos. Primero se ubica en Fenicia, luego de allí llega a Grecia, cuna de nuestra civilización, a Italia y al sur de Francia. 

¿Por qué doce? 
 No se tiene la certificación del porqué de las 12 uvas. Algunos las relacionan con las doce campanadas, otros con los doce meses del año. Lo que es innegable es que este fruto se ha utilizado como un elemento más de la cábala en la que el hombre ha caído y ha depositado su energía y, muy riesgosamente, hasta su fe. En los tiempos actuales el consumo masivo del fruto ha sido incrementado debido a ese tipo de creencias. Los costos se acrecientan de forma impredecible y la gente hace todo un esfuerzo porque en la noche del 31 de diciembre existan las «uvas de la buena suerte». Alrededor de toda esta creencia no existe un verdadero sentido religioso en donde se agradezca a Dios por el cierre de un ciclo más de la vida que le ha dado al hombre. Éste es el verdadero sentido para pensar la noche en que despedimos un año y recibimos otro. 

  Algunos ritos descabellados de año nuevo que ningún verdadero católico realizaría 
 Comer 12 uvas al ritmo de las campanadas del reloj, una por campanada. Cada uva representa un deseo o propósito para cada mes del año, y comerlas a tiempo hace que éstos se cumplan. Idealmente seis uvas deben ser verdes y seis deben ser moradas. (¿Mis 12 deseos se cumplirán aunque yo no me esfuerce por lograrlos? Y si es necesario mi esfuerzo para conseguirlos, entonces ¿para qué necesito comer uvas?) Sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas hará conseguir un buen matrimonio. (Y si la persona ya está casada y hace el rito, ¿cómo compaginarlo con el de los 12 deseos-12 uvas-? ¿No habrá peligro de ahogo?) Para tener mucha ropa nueva todo el año nuevo la noche del 31 se debe usar la ropa interior al revés. (¿Y por qué no mejor la ropa exterior al revés? ¿Sólo porque se ve muy fea?) Poner un anillo de oro en la copa de champaña con la que se hará el brindis asegura que no faltará el dinero. (¿Y si alguien se traga el anillo por accidente? ¿Y si se brinda con sidra?) Sacar las maletas a la puerta de la casa para tener muchos viajes en el año. Mejor aún es dar la vuelta a la manzana. (Y si la maleta tiene rueditas, ¿funciona igual? Llenar la maleta con piedras arrastrando las maletas ¿aumentará la efectividad?) Usar ropa interior amarilla la noche de fin de año para asegurar la felicidad, o ropa interior roja para atraer el amor. (Y si la persona quiere tanto el amor como la felicidad, ¿ de qué color deberá usar los calzones? Si se pone ambos, ¿cuál actúa?)

Absolutamente todas las supersticiones son pecado El número 2111 del Catecismo de la Iglesia Católica recuerda que «la superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas». La superstición es un pecado contra el primer mandamiento de la ley de Dios porque atribuye a cosas creadas (uvas, calzones rojos, etc.) unos poderes que sólo pertenecen a Dios. En sí misma, la superstición es pecado mortal. Sin embargo, muchos de estos pecados son veniales porque son cometidos por personas enormemente ignorantes (aunque hayan estudiado en la universidad, y tengan maestrías y doctorados) y carecen de la capacidad de plena deliberación, especialmente en los casos de arraigadas supersticiones populares: números de mala suerte y días afortunados, tocar madera y cosas por el estilo. Pero si se hace con plena deliberación y deseo, el pecado es mortal. Incluso si la realización de actos supersticiosos es sólo por curiosidad, pues damos mal ejemplo y cooperamos al pecado ajeno. Por otro lado, la «suerte» en sí misma no existe. Sólo existe la Providencia Divina. ¿Qué es la suerte para un creyente? ¿Es un «ente»? ¿Es una «energía desconocida»? ¿Dónde está la suerte? ¿De dónde proviene? ¿De un objeto, una persona, un animal, de la tierra, del cosmos? ¿Puede dominarnos, guiarnos o desviarnos la suerte? ¿Puede influirnos algo que no existe, como lo es la suerte? Para el verdadero católico sólo Dios nos sostiene, y sólo Él es quien tiene toda respuesta para nuestras dudas y encrucijadas.

El Chasqui 
Córdoba, diciembre de 2007

Nº 13: Faltan diez días para Halloween...

Fuentes: 
Agencia NOVA 
La Voz del Interior, 16-10-07 
Semanario Cristo Hoy Nº 698
http://www.22nacionaldemujeres.com.ar/ 


El 13 de octubre pasado, el mismo día en que se conmemoraba el 90 aniversario del gran milagro de Lourdes, se dieron cita en la ciudad de Córdoba las participantes del XXII Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas. Estos encuentros, organizados por movimientos radicales, impulsan las leyes de salud reproductiva, de educación sexual, ligadura de trompas, vasectomía, despenalización del aborto, matrimonio entre homosexuales, etc. 

 Desde un comienzo se sabía que el encuentro mediterráneo reuniría entre 25 mil a 30 mil mujeres. Y también se sabía que había serio peligro de que la catedral fuera agredida, como ocurrió en ediciones anteriores. Por ello el Arzobispado de Córdoba alentó a las mujeres católicas a participar, y a toda la grey católica a prepararse para impedir -en forma pacífica- que los muros fueran ensuciados con graffitis ofensivos. 

 No se cumplió el objetivo: los adoquines de la vereda frente a la catedral y las paredes de la Compañía de Jesús fueron blanco de aerosoles, y los defensores, de escupitajos, piedras, insultos y gestos obscenos. Menos suerte aún tuvieron las que participaron en los talleres, porque además de recibir agresión física, su opinión no fue tenida en cuenta, lo que hizo totalmente inútil su sacrificio de prepararse durante varios meses para hacer valer la voz católica en esas jornadas. 

Pero, ¿valía la pena el esfuerzo? Creemos que no. Basta echar una mirada a la programación: de 63 talleres, 5 eran sobre lesbianismo, 6 de Mujeres y activismo lésbico, 8 de mujeres y anticoncepción, 10 de mujeres y derecho al aborto, 11 de derechos sexuales y reproductivos. 

Además, el espíritu del Encuentro estuvo claramente manifiesto en el Documento de Apertura, del que tomamos estos dos párrafos: “...denunciamos los intentos de la jerarquía católica por copar y obstaculizar los Encuentros Nacionales de Mujeres. Decimos no a los sectores reaccionarios de la Iglesia Católica que no vienen a debatir democráticamente, vienen a imponer, agredir e impedir un debate superador y amplio.” “... venimos sosteniendo intensamente la consigna histórica por "Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal y gratuito para no morir". 

Y como se dice que una foto vale más que mil palabras, aquí va parte del archivo fotográfico de este Encuentro de ¿mujeres?



El Chasqui 
Córdoba, 21 de octubre de 2007 

Nº 12: Los piratas se extinguieron por su falta de fe

por Maite Gacho Muñoz 
Fuente:www.alfayomega.es 

 Mucha tinta ha corrido a propósito de la leyenda de los corsarios. Don Juan Galbisde la Mora, profesor de Historia en el Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala, ofrece una versión algo menos romántica sobre los piratas berberiscos. Nutrieron sus filas muchos renegados del cristianismo, que aspiraban a hacer fortuna rápida. 

 El profesor Galbis de la Mora se ha lanzado a la aventura de desentrañar qué hay de cierto y de leyenda en la mítica imagen popular del corsario. Para ello, se ha zambullido en los océanos de la Historia comprendida entre los siglos XV al XIX, durante los cuales se forjó la leyenda de los piratas berberiscos que lucharon por la hegemonía del Mediterráneo a favor del Imperio Otomano. 

 El siglo XV supone para Europa el principio de una etapa de transición de la Edad Media a la Moderna. Son tiempos convulsos, de búsqueda de identidades, de nuevas fronteras, y, sobre todo, de muchos cambios. A partir de entonces, como afirma el señor Galbis, «la dimensión del Mediterráneo como frontera de dos mundos, el cristiano y el islámico, va a prevalecer sobre la condición que siempre tuvo de vehículo de intercambio y aproximación entre los hombres». España encabezó la oposición cristiana al avance musulmán, llegando a su mayor éxito en 1571 con la batalla de Lepanto. Esta victoria-dice el profesor- «supuso la salvación definitiva de Europa ante la expansión turca por mar. 

Sin embargo, aunque se frenase la guerra mayor, la guerra menor contra la piratería berberisca continuaría durante siglos, hasta la ocupación francesa de Argel, en 1830». Juan Galbis comenta que el corso aún guardaba un importante as en la manga: «No sólo se encontraba bajo el amparo del turco, sino que contaba con una gran abundancia de recursos humanos que la cristiandad no poseía». La explicación es simple: «El Islam admitía a todo aquel que renegase». Y así, entre los grupos que engrosaban las filas de los corsarios, destacaban no sólo los moriscos expulsados de España y los esclavos raptados mediante el sistema jenízaro, sino que «los renegados del cristianismo nutrieron las filas de la piratería berberisca, constituyendo el colectivo más numeroso de todos. Esto ocurría la mayoría de las veces por coacción, para evitar los suplicios del cautiverio, pero otras muchas también voluntariamente». 

 ¿Qué podía mover a un cristiano a renegar de su fe y perder sus raíces, familia, los amigos y la salvación del alma? Galbis recuerda que «la piratería era una manera fantástica de enriquecerse a costa del pillaje. Algunos de estos hombres alcanzaron grandes botines y la cima del poder». La leyenda debió resultar muy interesante para aquella parte desarraigada de la población que vivía en la miseria. Sin embargo, como suele ocurrir con las leyendas, la realidad quedó a cierta distancia. Galbis recuerda que «el grupo más numerosos de estos renegados no fue el de los que alcanzaron riqueza, fama y altos puestos, sino el de los que se acabaron integrando en la sociedad musulmana con mejor o peor fortuna. Muchos de estos desarraigados carecían de la menor fe, y fue esta ambigüedad religiosa la que haría que terminaran mereciendo muy poco respeto a los propios mahometanos». 

 Por otro lado, el destino tampoco les fue muy grato a los que sí llegaron a ser temidos corsarios, pues cuando el Imperio Otomano comenzó su declive en el siglo XVIII, este colectivo «entró en absoluta decadencia, provocando el desprecio y el rechazo de los mismos turcos». Es por esto que Galbis sentencia que el final de los piratas fue «el final merecido y lógico, que espera, ayer y hoy, a toda comunidad que, ignorando sus orígenes, pretenda prolongarse en la historia sobre los cimientos del relativismo, la infidelidad y la traición». 

 Lejos de la libertad con la que siempre se les ha representado, los piratas fueron esclavos del dios poder y de la diosa riqueza; hipotecaron su identidad por una leyenda que fue su sentencia de extinción, y que, con el tiempo, fue naufragando de la Historia para arribar a las licenciosas playas de la literatura o al no menos lucrativo puerto de las taquillas de Hollywood.


El Chasqui 
Córdoba, 8 de octubre de 2007

Nº 10: El cuento de Blancanieves y sus orígenes cristianos

Por Roberto Beretta 
Fuente:  Alfa & Omega 

Blancanieves cumple, estos días, setenta años, al menos la que popularizó Walt Disney en su película de 1937, el primer largometraje de la factoría de dibujos animados más popular del mundo. Con ocasión de este aniversario, han salido a la luz historias y leyendas relacionadas con el cuento de los hermanos Grimm, incluso una que la relaciona con la Dormición de la Virgen. 

Lo ha contado el diario Avvenire: Han sido numerosas las versiones que se han realizado sobre Blancanieves en la historia del cine. Y no son pocas las interpretaciones, muchas de ellas disparatadas, que se han hecho sobre el popular cuento de los hermanos Grimm, desde las más psicoanalíticas -con su inevitable trasfondo sexual- a aquellas que pretenden encontrar su fundamento histórico. Un especialista ha localizado 82 variantes del cuento, entre las que se encuentra una leyenda del ciclo carolingio, según la cual Bertranda, madre de Carlo Magno, fue sustituida por una sosías antes de su boda y abandonada durante siete años en un castillo del bosque. Una curiosidad: Bertranda fue posteriormente beatificada y proclamada Patrona de las hiladoras.

 Según otra hipótesis, la historia de la princesa sería deudora nada menos que de un rito minero de la zona de los Dolomitas .Allí existe, en efecto, un cuento antiguo titulado Blanca como la nieve y roja como la sangre, en la que trabajaban mineros procedentes de Alemania, y por el que, cuando un yacimiento se agotaba, se mandaba entrar en la mina a una joven bella y noble para que transmitiera su energía vital a la tierra; los siete enanos no serían otra cosa que siete operarios de baja estatura, elegidos por ello para entrar en las galerías. Se trata de una hipótesis que casa fácilmente con la del genetista Giuseppe Sermonti, el cual interpreta varios cuentos populares a modo de enmascaramientos de procesos alquímicos secretos. 

En el caso de Blancanieves, se trataría de la extracción y purificación de la plata, metal blanco y vinculado a la luna, cuyo destino es el de ser repetidamente ocultada y arrastrada hacia la negrura, hacia la oscuridad del sueño embrujado. Algún teólogo ha intentado una interpretación más compleja, a partir de la psicología de lo profundo. Según él, la doncella atraviesa una vivencia de maduración y de nacimiento a sí misma, proceso en el cual los enanitos simbolizarían en realidad un estado regresivo hacia «una posición interior de por sí superada pero aún en grado de provocar malestar; los enanitos encarnarían el no querer crecer». De hecho, la futura princesa se adormece, como hibernando en su propia falta de plenitud. Y su misma encarnación blanquísima señala una pureza genuina, sí, pero que no puede pretender preservar simplemente refugiándose en la irreal casita feliz de los enanos del bosque, huyendo del mundo como si fuera una realidad que espanta. Se puede separar el blanco del negro, el bien del mal, pero un contacto entre ellos es inevitable y puede tener resultados letales. 

 En este sentido, Blancanieves es un cuento realista, incluso cristiano. Viene a la mente la leyenda de los siete durmientes de Éfeso, llevada a Europa por Gregorio de Tours, en el siglo VI, y difundida en Oriente Medio cien años antes, además de ser incluida en el Corán. En ese relato, siete jóvenes cristianos, que no querían sacrificar al emperador -eran los tiempos de las persecuciones-, se refugiaron en una gruta, a la que sus enemigos tapiaron la salida. En vez de morir de hambre, milagrosamente, los siete se adormecieron durante dos siglos, despertándose cuando la religión cristiana fue finalmente permitida. La gruta/mina; el sueño/muerte; todo ello seguido de una resurrección y del encuentro con un príncipe/emperador; la incorruptibilidad que protege a sus jóvenes cuerpos; el simbólico número siete.....No son pocas las analogías, y son sugestivas. Faltaría sólo Blancanieves. Pero, si se mira bien, ella también está: Éfeso, en la tradición cristiana, es de hecho la ciudad de la Virgen, en la que acaece su propia Dormición, que no es la muerte, sino un adormecimiento. Todavía hoy, para los turistas que visitan la ciudad, la casa de los siete durmientes no está lejos de la casa de la Virgen.


El Chasqui 
Córdoba, 24 de julio de 2007

Nº 9: América: ¿«lenguas cortadas»?

Por Vittorio Messori 
Fuente:Conoze.com 


 Como ejemplo clamoroso y actual del olvido (o manipulación) de la historia, como señal de una verdad cada vez más en peligro, pensemos en lo que ha ocurrido a la vista de 1992, el año del Quinto Centenario del desembarco de Cristóbal Colón en las Américas. Ya hemos hablado ampliamente de ello. Aquí nos limitamos a examinar un aspecto concreto de ese acontecimiento. 

 Anticipemos ya que el descubrimiento, la conquista y la colonización de América latina -central y meridional- vieron el trono y el altar, el Estado y la Iglesia estrechamente unidos. En efecto, ya desde el principio (con Alejandro VI), la Santa Sede reconoció a los reyes de España y de Portugal los derechos sobre las nuevas tierras, descubiertas y por descubrir, a cambio del «Patronato»: es decir, la monarquía reconocía como una de sus tareas principales la evangelización de los indígenas, y se encargaba de la organización y los gastos de la misión. Un sistema que también presentaba sus inconvenientes, limitando por ejemplo, en muchas ocasiones, la libertad de Roma; pero que sin embargo resultó muy eficaz - por lo menos hasta el siglo XVIII, cuando en las cortes de Madrid y Lisboa empezaron a ejercer influencia los «filósofos» ilustrados, los ministros masones- porque la monarquía se tomó muy en serio la tarea de difusión del Evangelio. Por lo tanto, las polémicas que ya han nacido sobre este pasado implican también a la Iglesia, por su estrecho vínculo con el Estado, en la acusación de «genocidio cultural». Que, ya se sabe, siempre empieza por el «corte de la lengua»: o sea la imposición a los más débiles del idioma del conquistador. P

ero tal acusación sorprenderá a quien tenga conocimiento de lo que realmente pasó. A propósito de esto escribió cosas importantes el gran historiador (y filósofo de la historia) Arnold Toynbee, no católico y por lo tanto fuera de toda sospecha. Este célebre estudioso observaba que, atendiendo su fin sincero y desinteresado de convertir a los indígenas al Evangelio (objetivo por el cual miles de ellos dieron la vida, muchas veces en el martirio), los misioneros en todo el imperio español (no sólo en Centro y Sudamérica, sino también en Filipinas), en lugar de pretender y esperar que los nativos aprendieran el castellano, empezaron a estudiar las lenguas indígenas. Y lo hicieron con tanto vigor y decisión (es Toynbee quien lo recuerda) que dieron gramática, sintaxis y transcripción a idiomas que, en muchos casos, no habían tenido hasta entonces ni siquiera forma escrita. En el virreinato más importante, el de Perú, en 1596 en la Universidad de Lima se creó una cátedra de quechua, la «lengua franca» de los Andes, hablada por los incas. 

Más o menos a partir de esta época, nadie podía ser ordenado sacerdote católico en el virreinato si no demostraba que conocía bien el quechua, al que los religiosos habían dado forma escrita. Y lo mismo pasó con otras lenguas: el náhuatl, el guaraní, el tarasco... Esto era acorde con lo que se practicaba no sólo en América, sino en el mundo entero, allá donde llegaba la misión católica: es suyo el mérito indiscutible de haber convertido innumerables y oscuros dialectos exóticos en lenguas escritas, dotadas de gramática, diccionario y literatura (al contrario de lo que pasó, por ejemplo, con la misión anglicana, dura difusora solamente del inglés). Último ejemplo, el somalí, que era lengua sólo hablada y adquirió forma escrita (oficial para el nuevo Estado después de la descolonización) gracias a los franciscanos italianos. 

 Pero, como decíamos, son cosas que ya debería saber cualquiera que tenga un poco de conocimiento de la historia de esos países (aunque parecían ignorarlo los polemistas que empezaron a gritar a la vista de 1992). Pero en estos años un profesor universitario español, miembro de la Real Academia de la Lengua, Gregorio Salvador, ha vertido más luz sobre el asunto. Ha demostrado que en 1596 el Consejo de Indias (una especie de ministerio español de las colonias), frente a la actitud respetuosa de los misioneros hacia las lenguas locales, solicitó al emperador una orden para la castellanización de los indígenas, o sea una política adecuada para la imposición del castellano. El Consejo de Indias tenía sus razones a nivel administrativo, vistas las dificultades de gobernar un territorio tan extenso fragmentado en una serie de idiomas sin relación el uno con el otro. Pero el emperador, que era Felipe II, contestó textualmente: «No parece conveniente forzarlos a abandonar su lengua natural: sólo habrá que disponer de unos maestros para los que quisieran aprender, voluntariamente, nuestro idioma.» 

El profesor Salvador ha observado que detrás de esta respuesta imperial estaban, precisamente, las presiones de los religiosos, contrarios a la uniformidad solicitada por los políticos. Tanto es así que, precisamente a causa de este freno eclesiástico, a principios del siglo XIX, cuando empezó el proceso de separación de la América española de su madre patria, sólo tres millones de personas en todo el continente hablaban habitualmente el castellano. 

 Y aquí viene la sorpresa del profesor Salvador. «Sorpresa», evidentemente, sólo para los que no conocen la política de esa Revolución francesa que tanta influencia ejerció (sobre todo a través de las sectas masónicas) en América latina: es suficiente observar las banderas y los timbres estatales de este continente, llenos de estrellas de cinco puntas, triángulos, escuadras y compases. Fue, en efecto, la Revolución francesa la que estructuró un plan sistemático de extirpación de los dialectos y lenguas locales, considerados incompatibles con la unidad estatal y la uniformidad administrativa. Se oponía, en esto también, al Ancien Régime, que era, en cambio, el reino de las autonomías también culturales y no imponía una «cultura de Estado» que despojara a la gente de sus raíces para obligarla a la perspectiva de los políticos e intelectuales de la capital. 

 Fueron pues los representantes de las nuevas repúblicas -cuyos gobernantes eran casi todos hombres de las logias- los que en América latina, inspirándose en los revolucionarios franceses, se dedicaron a la lucha sistemática contra las lenguas de los indios. Fue desmontado todo el sistema de protección de los idiomas precolombinos, construido por la Iglesia. Los indios que no hablaban castellano quedaron fuera de cualquier relación civil; en las escuelas y en el ejército se impuso la lengua de la Península. 

 La conclusión paradójica, observa irónicamente Salvador, es ésta: el verdadero «imperialismo cultural» fue practicado por la «cultura nueva», que sustituyó la de la antigua España imperial y católica. Y por lo tanto, las acusaciones actuales de «genocidio cultural» que apuntan a la Iglesia hay que dirigirlas a los «ilustrados».


El Chasqui 
Córdoba, 10 de junio de 2007

Nº 8: Las campanas sonaron en Siena

  por Carlos Gabriel Simoncini 

 Todas las campanas de Siena anunciaron la gran noticia de que santa Catalina ha sido declarada Patrona de Europa. Un hecho que ocurre 60 años después de que Pío XII la nombrara Patrona de Italia junto a san Francisco de Asís. 

 La proclamación de la tercaria dominicana sienense fue acogida con gran satisfacción por el arzobispo de Siena, monseñor Gaetano Bonicelli, que ha hecho esta confidencia: “El Santo Padre hace algunos días me había dado a conocer la decisión de aceptar nuestra propuesta. Ha tenido lugar en un momento significativo, al inicio del Sínodo de los obispos europeos, justamente para subrayar la relación entre la obra de santa Catalina y la historia del continente. He enviado ya al Papa un mensaje de gratitud en nombre de toda la comunidad sienense”.

 La Iglesia en Siena, que se reunió en el templo de Santo Domingo, donde se celebró una solemne misa de acción de gracias presidida por el arzobispo, ha tenido ocasión de celebrar el importante acontecimiento también en Asís, con ocasión de la fiesta en honor de san Francisco, cuando, junto a las diócesis toscanas, ha ofrecido el aceite para la lámpara votiva. Una celebración que, presidida por monseñor Bonicelli, se sitúa en el ámbito de los festejos por el sesenta aniversario de la proclamación de santa Catalina y san Francisco como Patronos de Italia. 


El Chasqui 
Córdoba, 23 de abril de 2007

Nº 7: La tumba de Jesús

Fuente: El Observador en Línea 

 Quien haya creído que «la tumba perdida de Jesús» (según James Cameron, cineasta ganador del Oscar por Titanic) es el más grande y revolucionario hallazgo de la arqueología, capaz de acabar de una vez por todas con la «farsa» de la resurrección de Cristo, anda atrasado en noticias: a lo largo de los siglos se han descubierto numerosas «tumbas de Jesús», amparadas siempre por «expertos». 

Sin embargo, a la Iglesia verdadera nunca se le ha perdido ninguna tumba, y ni siquiera se ha tambaleado con estas «novedades». Pues sí: hay una buena colección de tumbas de Jesús por todo el mundo. El Evangelio refiere que Cristo fue sepultado en Jerusalén, en una tumba cercana al sitio de la crucifixión, es decir, al Gólgota. Pues bien, el sitio que hoy es designado como el Santo Sepulcro se encuentra muy próximo al Gólgota. Tras de que los romanos destruyeran Jerusalén, construyeron en el año 135, por órdenes del emperador Adriano, un templo sobre el Santo Sepulcro para dar culto a la diosa Venus. 

Pero en el siglo VI, santa Elena, madre del converso emperador Constantino, se dirigió a Jerusalén en busca de la tumba. Fueron los propios cristianos de Jerusalén quienes persuadieron a santa Elena de que buscara la tumba bajo el templo de Venus. Si ellos sabían que el Santo Sepulcro estaba ahí era debido a una larga y consistente tradición. El exitoso trabajo arqueológico fue registrado hacia el año 340 por el historiador Eusebio de Cesarea. 

Desde entonces, la descubierta tumba ha sido reconocida por la Iglesia como el sepulcro que albergó a Cristo antes de resucitar. Ortodoxos, sirios, armenios y coptos también lo consideran así. Aquí debería acabar la historia, pero lamentablemente no ocurre de esta manera. Veamos los relatos de otras tumbas: 

La tumba del jardín 
 Nuestros hermanos separados, siempre expertos en separación, han decidido hacerlo también en cuanto a aceptar el Santo Sepulcro; así, la mayoría de los protestantes modernos -y algunos no cristianos, como los mormones- prefieren la llamada Tumba del Jardín, situada en las afueras de la Puerta de Damasco de la ciudad de Jerusalén. Este lugar, un sepulcro tallado en la roca, fue propuesto en 1885 por Charles Gordon como «la tumba de Jesús»; pero la verdad es que carece de credibilidad histórica. 
 
En Cachemira 
 En la ciudad de Srinagar, en Cachemira (india), existe otra «tumba de Jesús». Este lugar se hizo más o menos conocido gracias al libro que Andreas Faber-Kaiser lanzó en 1976: «Jesús vivió y murió en Cachemira». Para trasladar a Jesús tan lejos era necesario crear toda una historia, y ésta fue la elegida: que Jesús sí fue crucificado, pero nunca resucitó porque no se alcanzó a morir, sino que, cuando José de Arimatea lo bajó de la cruz, Cristo aún estaba vivo. Tras reponerse de sus heridas, el Mesías huyó al norte de la India, donde pensaba encontrar nada menos que a las diez tribus perdidas de Israel (¡zas!). Allí tuvo hijos con una mujer -¿se casaría con ella?- y murió de muerte natural a una edad muy avanzada. Las pruebas que esgrimen los entusiastas de esta «tumba de Jesús» es que desde hace 1900 años se venera ese sepulcro como tal; que hay un hombre llamado Basharat Saleem que afirma ser el descendiente vivo de Jesús (si alguien dice ser descendiente del monstruo del lago Ness, ¿por sólo decirlo se convierte en verdad?), y que hay indicios (¿cuáles?) de que alguien muy parecido a Jesús predicó por aquella región. 

Más lejos aún: Japón Una de las versiones más extravagantes es la que sitúa la tumba de Jesús en Japón, pues ¿puede haber algo más ajeno a los escenarios bíblicos que aquella nación? Pues bien, a pesar de todo, en un pequeño valle del norte de Shingo, hay un bosque donde se venera una modesta cruz de madera colocada sobre un montículo de tierra, y en la cruz está grabado el nombre de Cristo. Aunque nunca se ha excavado en ese el lugar (por lo que se ignora si al menos hay ahí algún cuerpo humano enterrado), en el camino hay una señalización que indica que ahí está la «tumba de Cristo». Se supone que aquel supuesto sepulcro tiene 2000 años de antigüedad, y es visitado anualmente por unas 40 mil personas. Para promover un peregrinaje así es necesario crear una trama, por lo que el anciano lugareño Sajiro Sawaguchi salió al rescate (¡por supuesto, es el dueño del terreno que alberga la «tumba»!). Así es el cuento: En 1935 un hombre llamado Kiyomaro Takeuchi descubrió un documento que resultó ser ni más ni menos que el testamento de Jesús, en el que se menciona que Shingo fue el lugar elegido para que reposaran los restos del Mesías. Pero, claro, el Gobierno prohibió que se divulgara el contenido del documento dadas las repercusiones mundiales que tendría. Para que Jesús eligiera ese sitio hacía falta que lo conociera, así que fue necesario introducir en la historia que Cristo vivió parte de su vida oculta en Japón, a donde habría llegado cuando tenía 21 años de edad. Y aquí viene lo «mejor»: Jesús regresó a territorio judío para completar su misión, pero Isukiri, su hermano gemelo (¡sí, leyó bien!) lo reemplazó en la Pasión, por lo que Jesús pudo regresar a Japón, donde murió a los 114 años, casado, con tres hijas y cultivando arroz. 

Faltaban los templarios 
 Como los templarios -no los históricos, sino los inventados- están de moda, no puedo dejar de nombrar la «tumba de Jesús» de Rennes-Le-Château, Francia. Se trata de un pueblito con un simpático castillo, a donde se supone llegaron los templarios encargados de trasladar el cuerpo de Cristo(¿y la Resurrección?)desde Tierra Santa hasta esta zona del Languedoc para ponerlo fuera del alcance de los musulmanes. Ahí, en un paraje escarpado, hay una tumba «extraña». Por otro lado, Nicolas Poussin, pintó en 1840, en Roma, su obra titulada «Los Pastores de la Arcadia», que muestra una tumba muy parecida a la de Rennes-Le-Château, y tiene la inscripción «Et in Arcadia ego». Se supone que fue borrada una palabra de la pintura, de manera que originalmente decía «Et in Arcadia ego sum», lo cual es un anagrama de «Arcam dei tango Iesu», que significa «He tocado la tumba de Jesús». Conclusión: la tumba de Rennes-Le-Château es el «verdadero» sepulcro de Jesús. 

 En fin, no cabe duda de que el ser humano puede tener una imaginación prodigiosa.

El Chasqui 
Córdoba, 22 de abril de 2007